Mi segunda visita a El Salvador
La adopción ha disminuido. Más no el entusiasmo. Vengo volviendo de El Salvador, donde asistí por segundo año consecutivo a la conferencia Adopting Bitcoin que se realiza en la capital, San Salvador. Es un evento enfocado exclusivamente en Bitcoin, que ofrece un gran sentido de comunidad dado el tamaño y cantidad de asistentes. Me tocó presentar, el día miércoles pasado, sobre la situación de Bitcoin en Chile, y donde además tuve la oportunidad de presentar un nuevo proyecto que estoy construyendo: Porta—habrá más información pronto.
La edición de hoy va destinada a lo que vi en el pequeño país centroamericano, a un poco más de un año de aprobada la ley que dejaba a Bitcoin como moneda de curso legal. Lo que está haciendo El Salvador me parece realmente impresionante, que merece aplausos, y que a largo plazo estoy seguro les pagará enormes réditos. De momento, sin embargo, la cosa avanza lento.
Vale la pena aclarar que un año es muy poco para emitir juicios demasiado tajantes. El dinero tiene efectos de red muy profundos, sobre todo cuando pensamos que El Salvador utiliza la reserva mundial del dinero—el dólar—como su moneda de uso diario. Veremos los efectos de esta ley en cinco, diez, probablemente veinte años, cuando haya tomado más forma tanto el protocolo como la población que la utiliza. Quizás estamos en presencia del próximo super poder de su región, quien tomando algunos riesgos, logrará capitalizar la revolución monetaria que estamos viviendo.
Comencemos con Nayib Bukele, el controversial presidente de la nación. Su figura presenta una interesante dicotomía de opiniones. Dentro del país, es tremendamente querido por los salvadoreños. Reconozco que fue muy difícil encontrarme con alguien que se declarara opositor y si bien existen algunos escépticos, hay un consenso generalizado de que está haciendo las cosas bien. La controversia nace de su política doméstica en contra de las pandillas que han aterrorizado a El Salvador durante décadas (ha implementado durante meses un Estado de Excepción, habiendo encarcelado a más de 55.000 pandilleros), que ha logrado levantar alarmas en diversas organizaciones alrededor del mundo. Dentro del país, sin embargo, están felices con su liderazgo y toma de decisiones. Desde taxistas, dueños de locales comerciales, estudiantes, empresarios, y músicos con los que conversé, el apoyo es transversal.
Les gusta su juventud y manera de enfrentarse a la prensa—con aparente transparencia, considerándolo una persona amigable y cercana. Lo más importante, es el nivel de seguridad que hoy se siente en el país. Hasta hace no más de cinco años, las pandillas reinaban en El Salvador, logrando una tasa de un homicidio cada hora. Hoy, pasan días sin una muerte en manos de estos grupos criminales.
Esto ha despertado esperanza y optimismo en la población. Tanto así que conocí a varios salvadoreños que vivían en naciones de primer mundo que hoy están considerando volver a su país. “Veo con optimismo no sólo lo del bitcoin, sino el mandato de Nayib que nos está conduciendo con mano firme hacia un país donde ya mis hijas puedan caminar tranquilas por la calle”, me contó Jaime, un empresario salvadoreño residente en Canadá. Estas palabras se me repitieron bastante durante mi viaje, y su efecto fue multiplicador entre quienes viven en el país.
El mandato de Bukele tiene como fecha límite el año 2024. Hoy en día está en plena discusión parlamentaria la extensión de su período presidencial, una movida también controversial ya que la constitución se lo impide. El partido del presidente, Nuevas Ideas, controla la mayoría del congreso, y es probable que veamos una reforma que le permita al mandatario mantenerse en el poder, aunque no hay nada escrito aun.
Volviendo a Bitcoin, hace unos meses escribí un artículo sobre la adopción de la criptomoneda y cómo había avanzado su presencia en el país, explicando que había sido lento y que el gobierno poco y nada ha trabajado para instalarlo en los distintos sectores de la economía.
San Salvador, la capital, y sede de la conferencia fue el primer lugar que visité. En la ciudad de casi tres millones de personas, bitcoin está poco presente en las calles y los distintos comercios. Aunque el año pasado era prevalente ver letreros que decían “bitcoin accepted here” o “Pregunten por bitcoin”, los eché de menos en esta visita. Aunque explícitamente parece que la criptomoneda no está muy presente, al indagar un poco más, sí aparece una que otra persona que sí le interesa la criptomoneda.
“Dada la baja cantidad de personas que me quieren pagar en bitcoin, cuando lo hacen, lo considero un ahorro”, me contó Gloria, dueña de un almacén en el centro de la ciudad. Una vez al mes, con suerte, entra un extranjero como yo con ganas de pagarle en sats, y en ese caso los acepta porque no le influye de gran manera a fin de mes. Si bien desaparecieron los letreros, existen algunos locales que continúan queriendo usarlo y aceptándolo cuando se les da la oportunidad.
Al salir de San Salvador, a menos que visites El Zonte, la bitcoin beach, y el lugar donde comenzó este gran experimento sociomonetario, bitcoin también escasea. Existen algunas personas que se interesaron el año pasado, pero que poco a poco han ido perdiendo el atractivo. “Ha bajado muchísimo el precio y no me puedo dar el lujo de utilizarlo por si continúa cayendo”, me explicó Juan, una persona que esperaba entrar a un cajero automático.
Ahora bien, El Zonte se ha convertido en una mecca de bitcoiners, atrayendo a personas de todo el mundo que quieren apoyarlos y también utilizar la criptomoneda para comprar café, pagar sus hoteles, o reservar una clase de surf. Aquí comenzó este gran experimento, y bitcoin abunda. Puedes comprarte un helado en la playa pagando con tu billetera Lightning, y la abrumante mayoría de la población local está camiseteada con la ley. Eso se ve también porque han vivido los beneficios de la entrada estrepitosa de nuevos turistas que antes esquivaban el país. Y en esta localidad, sí se han visto mejoras. A diestra y siniestra vemos construcciones de toda índole, mostrando el aumento de inversión tanto local como extranjera por quedarse con un pedazo de propiedad en donde muchos consideran vivirá un apogeo económico en unos años más.
Esta pequeña localidad, que está viviendo sus mejores días, se está replicando en otros lugares del mundo. Brasil, Costa Rica y Sudáfrica son tres otros países que cuentan con sus propios pueblos bitcoin, buscando crear una economía circular y fomentar tanto la adopción de la criptomoneda en sus localidades como la atracción de inversión y turismo extranjero. Si El Zonte es un indicador, el futuro se les muestra auspicioso.
Más allá de esta zona, que según estas palabras parece ser el único que ha vivido los beneficios del bitcoin en este último año, vi algunas mejoras en el país. El aeropuerto se expandió, la carretera que lleva desde el aeropuerto hasta la capital también la mejoraron, y ha habido un aumento en la inversión extranjera del país. Se están instalando empresas tecnológicas no sólo relacionadas a bitcoin, sino infraestructura digital básica como empresas de telecomunicaciones y satelitales. Es temprano para decir, pero la tendencia es que El Salvador se convierta en un centro tecnológico de la región, liderado por su apertura económica con bitcoin.
A la hora de analizar la disminución de interés por bitcoin, no existe un único culpable. Por un lado, la billetera oficial, Chivo Wallet, ha venido con muchísimos problemas, inclusive para retirar, lo que ha llevado a muchas personas a considerar que no poseen bitcoin en la aplicación. Por otro lado, la volatilidad de precio, que ha vivido un año bastante en rojo, y la aparición de actores criminales como SBF y FTX, no han contribuido en nada.
El problema más claro dirán algunos es la poca (o nula) presencia gubernamental en instancias educativas, lo que ha ralentizado el proceso. Más allá del marco legal, han existido pocas políticas que incentivan su uso, una tarea que el gobierno debería y podría implementar para acelerar su adopción. Ahora bien, el hecho de que desde el aparato estatal están a favor de bitcoin ya marca un punto favorable para la comunidad que trabaja en el protocolo. Eso lo sentí, en terreno, con una gran presencia policial y funcionarios públicos que miraban y preguntaban con genuino interés y optimismo temas relacionados a la criptomoneda.
Por otro lado, los constructores siguen construyendo. Existen muchas empresas de la industria que se han instalado en El Salvador, ha aumentado de gran manera el turismo en el país, y la comunidad in situ sigue igual de optimista que desde el día uno. Nada ha cambiado para ellos, me dijeron tanto en la conferencia como en los días posteriores, y continuarán impulsando la adopción en este país centroamericano. Existe una sensación de que esta es la piedra angular para Bitcoin a nivel mundial, y que marcará un precedente tanto a nivel local, para El Salvador, como para que otras naciones puedan seguir su libreto.
Sin adentrarme en la política nacional de Bukele, ni tampoco buscando apoyarlo, es fascinante verlo en acción. Soy un escéptico de quien busca de gran manera el poder, y no creo que este sea una excepción. De todas maneras, es el único líder a nivel mundial (creo yo) que está realmente intentando hacer las cosas distintas, denunciando a los grandes organismos internacionales, y proponiendo cambios desde lo más básico de la sociedad, a través del dinero. Habrá que ver si se convierte en un nuevo caudillo de la nación, o decide dar un paso al costado cuando considere que su trabajo ha culminado.
Queda mucho paño por cortar, y el proceso será largo y lento pero confío en el futuro de El Salvador y lo que están viviendo. Aunque hubiese preferido ver mayor adopción entre la población civil, y un aumento del interés por parte de sus ciudadanos, entiendo que son cambios sísmicos los que están viviendo y que toman tiempo.
Veremos en unas décadas más, como resulta todo. Mantengo mi optimismo.
Esta es la edición #104 de La Cadena, un medio independiente dedicado a informarte sobre el mundo de Bitcoin y sus alrededores. Estas palabras son gratis, pero no baratas y toma tiempo investigar y crear este contenido. Considera apoyarme, para que me pueda dedicar a esto.