Pandora Papers
Soy Pedro y esta es la edición cuarenta y cinco de La Cadena. Si quieres descentralizar los canales de comunicación e información, entonces apoya a este medio digital independiente. Este boletín es gratis, pero no barato. No estoy promocionando un producto ni un servicio, sino explicando la tecnología de Bitcoin de la forma más sencilla y neutral posible. Si quieres apoyar esa misión, suscríbete y entra a Patreon para ayudar a mantener este medio abierto para todos y todas.
¿Dónde están aquellos que despotricaban a viva voz de que les preocupaba que Bitcoin es usado para evadir impuestos y lavar dinero?
La bomba, más conocida como Pandora Papers, publicada el pasado domingo 03 de Octubre, nos ha dejado desconcertado. No necesariamente porque es algo inesperado—porque admitámoslo, todos saben que el sistema tradicional está quebrado—sino porque la magnitud de lo ocurrido escapa todo precedentes.
Para quienes no saben, los Pandora Papers son 11,9 millones de documentos, recogidos por 600 periodistas alrededor del mundo, pertenecientes a más de cien países y casi igual número de medios de comunicación. Tal como dice el subtítulo del informe entregado por el Consorcio Internacional de Periodistas Investigativos (ICIJ, por sus siglas en inglés): los Pandora Papers revelan el engranaje interno de una economía opaca que beneficia a los más ricos y mejor conectados a costa de todos los demás.
Los documentos que han salido a la luz muestran secretos financieros de 35 actuales y antiguos líderes de países (incluido el paupérrimo presidente chileno, Sebastián Piñera), los presidentes de Ucrania, Ecuador y Kenia, el antiguo primer ministro Tony Blair, y más de 330 funcionarios públicos. Aquellos que deberían estar luchando por terminar con estos abusos, eran los abusadores. Y creo que aún falta mucho por conocer.
Estos archivos denuncian que más de $11 trillones de dólares se han encontrado, a través de distintos activos, escondidos por distintos personajes de esta investigación. Para ponerlo en perspectiva, es cinco magnitudes más que el mercado entero de las criptomonedas, supuestamente el lugar más indicado para cometer estos actos.
Desde El Líbano, quiero contarles una de las muchas historias que aparecen y se repiten a diario debido al diseño del sistema financiero actual. Riad Salameh, antiguo presidente del Banco Central de ese país, y Marwan Kheireddine, antiguo ministro de estado y jefe del Banco Al Marawid aparecen en los archivos.
Uno está siendo investigado por lavado de dinero y el otro por evasión de impuestos. En 2019, Kheireddine les achaca a los antiguos parlamentarios libaneses por su inacción frente a una crisis económica profunda. 50% de la población vivían bajo la línea de la pobreza y era muy difícil encontrar alimentos.
“Existe evasión de impuestos y el gobierno debe hacer algo”, dijo Kheireddine.
Sin embargo, su banco, Al Marawid, fue uno de los muchos en el país que restringieron retiros de USD por parte de sus clientes, para frenar el pánico económico. Wafaa Abou Hamdan, una viuda de 57 años, aún le achaca esto y más a las élites de su país.
Por culpa de la alta inflación, sus ahorros de toda la vida cayeron de $60.000 USD a menos de $5.000 USD. Como dice Hamdan, “todos los esfuerzos de mi vida fueron en vano. He trabajado sin parar durante tres décadas, mientras que banqueros y políticos pueden transferir y enviar su dinero al exterior”.
Lo de los Pandora Papers no es nada nuevo. Hemos ido, poco a poco, normalizando estos actos, aceptando que los poderosos pueden hacer y deshacer. Esto ocurre porque el sistema es opaco, su organización se esconde, y el poder vive tapado. Creo, firmemente, que no tiene que ser así. Solamente porque han construido el sistema, se han comprado expertos y son dueños de los medios de comunicación no significa que está fuera de nuestras manos un mundo mejor.
Pero si los Pandora Papers nos van a servir de algo, que sea para crear consciencia. Una y otra vez hemos visto a un puñado aprovecharse, mientras el resto vive con otra serie de reglas. Seamos conscientes que no tenemos que vivir esclavos de la inflación, o necesitando pedir permiso para usar nuestro dinero, ni que los sistemas que hoy ocupamos tienen que ser opacos.
Muchas veces me preguntan por qué soy tan majadero con Bitcoin y hablar siempre de los problemas del sistema financiero tradicional. Creo que vivimos en un mundo diseñado para ser desigual, y que hoy estamos frente a una gran posibilidad. El ecosistema descentralizado traerá progreso, desarrollo y florecimiento no sólo de la vida humana, sino del planeta entero.
El internet fue el primer paso para crear un mundo nuevo. Las oportunidades que trajo un mundo instantáneamente conectado significaron un progreso inmenso para la humanidad. Aunque comenzó con unos pocos, la lucha de ellos—en férrea resistencia a los mismos que hoy son dueños del sistema financiero—por mantener un internet abierto y libre significó que por primera vez en la historia hoy podemos compartir información con cualquier persona en cualquier lugar del mundo en cualquier momento. Abrió el camino a la era de la conectividad.
A medida que comenzamos a enchufarnos a un sistema global de comunicación, se abrió nuestras mentes. Pudimos conectarnos con personas radicalmente distintas y con perspectivas enriquecedores para los problemas que enfrentábamos. Encontramos una nueva forma de coordinar y colaborar, sin tener que pasar por los guardianes del estatus quo.
Ahora imagínense si le aplicamos el dinero a esa tecnología.
Bitcoin es una de nuestras grandes oportunidades para recuperar el poder perdido. Se está construyendo un mundo donde las reglas son iguales para todos, cuyo valor se puede transferir instantáneamente alrededor del planeta y que no está sujeto a la discreción de algunos. Si antes compartíamos instantáneamente ideas, ahora podemos compartir instantáneamente valor.
Un mundo descentralizado, con el internet como rieles de comunicación y bitcoin como sistema de valor, puede ofrecer no solo resistencia al estatus quo, sino el mundo que buscamos.
Para cambiar al sistema, hay que construir uno nuevo. A través de ciertos principios sólidos, estamos de cara a nuevas posibilidades.
Posibilidades basadas en inmutabilidad, apertura, inclusión, transparencia, resistencia a la censura, colaboración, computación y descentralización. Estas abrirán el mundo a nuevas fronteras. El internet, y su última abstracción, bitcoin, nos darán la mano para crear algo distinto.
La era de la conectividad está innovando más allá de lo que creemos posible. Tomará tiempo, sin dudas, y tendrá obstáculos, pero vendrá progreso, transparencia, mejora de calidad humana, y un nuevo respiro para el planeta.
El nuevo mundo se está construyendo sobre el internet, y es imparable.
Para aquello/as que me quieren seguir en redes sociales o buscan otra forma de interactuar con La Cadena, les adjunto los siguientes link. Estoy compartiendo contenido a diario en esas plataformas: