Soy Pedro y esta es la decimocuarta edición de La Cadena, un medio independiente que te informa sobre criptomonedas y educación financiera. Quiero agradecer a Binance por patrocinar este boletín. Como sabe la gente que tengo a mi alrededor, nunca voy a avalar una plataforma que no haya utilizado antes, o que no ocupe regularmente. Binance, en cambio, me ha servido mucho para entrar a los mercados de criptomonedas entregándome apertura a todo el ecosistema de estos activos. Binance es uno de los exchange más grandes del mundo, y en el último tiempo está ampliando sus operaciones a Latinoamérica, buscando colaborar con proyectos que buscan aumentar el alcance de criptomonedas en el mundo. Su apoyo me sirve para poder dedicar mi tiempo completo a la educación y difusión de esta tecnología. Por esto, ¡gracias!
Quiero partir aclarando un error que apareció en la portada del diario más importante de Chile (El Mercurio). Constataron el pasado sábado 8 de Mayo, que el precio del cobre alcanzó su máximo histórico de $4,7 USD por libra respecto a su máximo del 2011. Sin embargo, hay que aclarar que ese es el valor nominal, es decir, sin medir la inflación de los últimos diez años. Si medimos el IPC (Índice de Precios al Consumidor) “oficial” de Estados Unidos de Abril 2011 a Abril 2021, la inflación acumulada es de un 18% en este período. Es decir, el dólar estadounidense perdió un quinto de su poder adquisitivo en los últimos diez años. Ajustando entonces el precio del cobre a la inflación, en realidad el precio actual del metal es de $3,9 USD por libra, muy por debajo incluso del antiguo precio histórico del 15 de Febrero de 2011 ($4,65 USD).
Esto remarca dos puntos importantes. En primer lugar, este es el diario más leído de Chile, y que entreguen cifras económicas mal-definidas deja muchísimo que desear, y causa suspicacia para los millones que leen este medio. En segundo lugar, el USD—reserva mundial del dinero—perdió casi un quinto de su poder adquisitivo en la última década. Una demostración estadística de que el fiat es un pésimo dinero y vehículo de ahorro. Espero que esto sea suficiente para que dejemos de considerar el USD como opción, sea al invertir o transar.
Sé que hay muchos lectores que están suscritos a este medio para informarse de las criptomonedas. Aunque creo que es fundamental educar sobre esos activos, hay que tener una mirada holística a nuestras finanzas. Entender bien nuestros hábitos personales, crear una responsable planificación financiera, reducir nuestros impulsos a consumir, y aprender de Bitcoin son todas piezas importantes de lo mismo. Una vida financiera sana. Una no puede existir sin la otra, y por eso busco alternar estas páginas con distintos conceptos.
Aun así, para aquellos que busquen más información sobre criptomonedas, estoy escribiendo una mini—serie sobre Bitcoin y otros activos del cripto-espacio para mi Patreon. En un principio, será para ahondar más en los fundamentales del BTC (que ya hemos revisado en estas páginas, pero nunca está demás una vuelta a lo básico), pero también revisaré otras criptomonedas, y tomaré peticiones de ustedes para hacer informes de ellas. Los invito a suscribirse y participar de esa comunidad.
A raíz de la edición pasada de La Cadena, sobre el valor de la austeridad, me llegaron muchos comentarios. Por lo mismo, quiero profundizar en la importancia de algunos hábitos personales, y ciertas características de la cultura—tanto social como económica—que nos rodea. Así, podremos llegar a buen puerto a fin de mes, sin ser hundido por los pequeños hoyos que nos advertía Benjamin Franklin, e ir juntos construyendo un futuro financiero bien establecido.
Quiero partir hablando del impulso. Esas ganas que tenemos de salir y comprar lo primero que vemos, de gastar dinero en zapatos que no necesitamos o en un vestido para el verano que acaba de pasar; y/o comprarse un teléfono celular en 36 cuotas. Ese crédito de consumo que sabemos no necesitamos, pero que tomamos con un simple clic o una firma. Es importante, nuevamente, parar y pensar.
Vivimos en una sociedad hiper—consumista, donde algoritmos nos empujan hacia la gratificación instantánea, y casas comerciales se aprovechan de la facilidad que tenemos por endeudarnos. Nos llegan correos de UberEats a diario, con tremendos descuentos, y vivimos con la comodidad del delivery. Amazon prometió envíos gratuitos a Chile, y si una empresa no hace entregas dentro de dos días hábiles, es desechada por tiempo de demora.
Los medios llevan años convenciéndonos de que para ser feliz hay que tener cosas. El automóvil último modelo, las zapatillas de marca, el reloj que tiene tantos brillantes cuesta ver la hora. Sucumbinos ante la influencia del impulso dejandónos llevar por el aquí y el ahora.
Pareciera que hemos llegado a la situación de necesitar todo y necesitarlo ahora.
Sin embargo, lo que parece también, es que no necesitamos hacer un presupuesto o planificación financiera, no necesitamos priorizar nuestros gastos, no necesitamos ahorrar, no necesitamos invertir. Lo que probablemente necesitemos ahora, lo estamos dejando para después. Nuestro yo de mañana se va a preocupar de eso; pero el costo, es grande.
Como dice el especialista en hábitos, James Clear: “el costo de tus buenos hábitos es en el presente, y el costo de tus malos hábitos es en el futuro”.
El dinero es una herramienta fundamental en nuestras vidas, para bien o para mal. Pero, muy pocos saben de su relación con él, y cómo llevarse mejor. Pocos saben implementar ciertos cambios en sus vidas, o algunos principios que deberían seguir. Las finanzas personales y el dinero deberían tomar una posición central en nuestras vidas. No para amarlo, como lo hacen algunos, sino entenderlo y ponerlo a trabajar para nosotros.
Reconstruyamos nuestra vida financiera. Y para eso, quiero revisitar algunos puntos importantes. Hemos ido sumando suscriptores todas las semanas, por lo que me parece importante revisar la primera edición de La Cadena, y algunos principios financieros básicos.
Que tus gastos materiales sean esporádicos (adhiérete a una cultura de austeridad). Tal como revisamos la semana pasada, piensa dos veces antes de consumir, y reduce tus gastos diarios, sobre todo los pequeños. La cantidad de dinero que te ahorras por simples reducciones de consumo es mucha. Esto ya se convierte en una movida contracultural, pero con mayor razón deberíamos intentar ponerla en práctica. Más aún, si te adhieres a una cultura de austeridad, cuando sí te compras ese Starbucks o chaqueta nueva, el gusto será mucho mayor. Adoptar una cultura de austeridad es hacer resistencia a la locura de nuestros tiempos.
Sé cauta/o cuando te endeudas. Hoy, es muy fácil abrochar un crédito de consumo, incluso con ingresos bajísimos. De acuerdo a cifras del Banco Central, en el 2019 (aún no salen las estadísticas del año pasado), la deuda de los chilenos abarcaba 74% de sus ingresos. Parece broma, pero no lo es. Aunque muchos de esos créditos pueden ser necesarios (hipotecarios por ejemplo, o para comenzar un emprendimiento), el veinte por ciento son de consumo, y un dieciséis se explican bajo un opaco concepto de “otros intermediarios de créditos”. La cultura nos guía hacia la deuda, y por lo mismo se reacio ante ella. Conversa con otros sobre el tema, y revisa tu estado financiero. Si no puedes soportar la deuda, no lo hagas. Si te alcanzan los ingresos para un crédito, preocúpate de pagarlo todos los meses y que no te coman los intereses.
En un mundo financieramente analfabeto, edúcate. Todos compartimos que la educación es de lo más importante. Sin embargo, la educación financiera muchas veces pasa desapercibida y no es considerada, siquiera en nuestra vida personal. ¿Cuántos tenemos un diario financiero? ¿Cuántos conversamos con nuestra pareja sobre nuestro estado bancario? ¿Cuánta/os de nosotros tenemos inversiones? Todas preguntas sumamente importantes, que por alguna razón pasan desapercibidas en la vida diaria. En el Patreon revisamos diez reglas importantes para una vida financiera sana, y la primera es: tómate un día para tus finanzas. Tal como nos tomamos vacaciones o días de descanso, regálate un día para revisar tus estados financieros.
Sé paciente y disciplinado. Como dijo Warren Buffet: “nadie se quiere hacer rico lentamente”. Hay que educarse, crear hábitos, ponerlos en práctica, y ser paciente. Sobre todo en estos momentos, donde el mercado de las criptomonedas está explotando—y recibo muchos mensajes diarios preguntándome consejos y opiniones—no te pierdas en el ruido ni la ilusión de hacerte rico de la noche a la mañana. Puede ocurrir, pero en muy pocos casos. Mejor aprender con calma, invertir y esperar.
Compra Bitcoin. El modelo económico actual está basado en la inflación. Creamos dinero a destajo, aumentando la masa monetaria, mientras que nuestros sueldos se mantienen igual. Suben los precios, se enriquecen los propietarios de activos (que es por lo general el 1%), mientras que la abrumante mayoría se hace más pobre. Bitcoin es una protección frente a la inflación—siendo que solamente habrá 21 millones de unidades—y con la belleza de ser un sistema abierto, público y neutro. Cualquiera, con acceso a internet, puede acceder a la red. Cualquiera puede proteger su dinero, y participar de una economía alternativa. Justamente hoy salieron las cifras “oficiales” del IPC en Estados Unidos, y la inflación aumentó a 4,2%, el nivel más alto desde 2008. Esto está recién comenzando, y Bitcoin debería ser pieza clave de tu arsenal.
Quiero además, agregar dos principios que he venido pensando, que son importantes a considerar. Aunque podría explayarme con muchos más, no los quiero inundar de información y que se vean sobrepasados.
Deja de lado un porcentaje. Cada ingreso que tengo, le saco 20% (a veces más) y lo reinvierto. Aunque me llegue muy poco dinero, por el motivo que sea, envío ese dinero a algún activo o ahorro que tengo. Además de reducir la posibilidad de que me lo gaste en cosas inútiles, manteniendo mi cultura de austeridad, me obliga a tener una buena planificación financiera y preocuparme de mis ingresos. Esto crea el hábito de ahorro e inversión, impulsándonos al siguiente punto.
Busca otras formas de ganar dinero. Esto tiene múltiples facetas pero toca un tema súper interesante: la creatividad. El límite de nuestras capacidades para generar ingresos es nuestra imaginación. Reconozco que para algunos esto es simplemente imposible, por temas de tiempo, espacio y dinero pero si tienes la oportunidad, aprovéchala. Crea, construye e imagina nuevas maneras de acrecentar tu riqueza. Más encima, lo que comienza como un experimento se puede transformar en una nueva forma de vida.
Estos principios son complementarios. Todos existen en conjunto con el otro, y aunque algunos tomarán prevalencia sobre otros en determinados momentos, hay que intentar mantenerlos presentes en nuestras mentes de alguna manera.
Me parece importante además, que nos hagamos las siguientes preguntas: ¿Estoy feliz con mi situación financiera actual? ¿Agradezco las decisiones que he tomado en el pasado con respecto al dinero? ¿Qué habría hecho distinto?
Sin ánimo de sentirnos culpable ni arrepentirse de las decisiones tomadas, este ejercicio es para reconocer errores y empezar a enmendarlos. No puedes cambiar el pasado, pero sí el presente y así moldear tu futuro. Empieza hoy.
Nunca hemos tenido una educación financiera y si no la iniciamos nosotros, pasaremos la vida lamentando lo que pudo haber sido. Si el estatus quo dice que compres, ahorra. Si el estatus quo te dice endéudate, edúcate. Si el estatus quo te dice que Bitcoin es una estafa, fíjate en él. Seamos escépticos del estatus quo. Reconstruyamos desde nuestra experiencia y nuestras necesidades, la vida financiero que necesitamos.
Este boletín es gratis, pero no barato. En el afán del libre flujo de información y la importancia de la educación, quiero mantener este medio abierto a todos. Por lo tanto, en el link puedes ingresar y contribuir monetariamente a este medio. Para quienes quieran aportar en criptomonedas, me pueden contactar por interno. Así, apoyas la investigación independiente y recibes periódicamente noticias, análisis e información de temas cripto-financieros. Además, ayudas a democratizar el acceso a la información. ¡Súmate y apoya!
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