China y los CBDC
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China lleva años prohibiendo Bitcoin. Comenzó en el 2013, cuando el banco central de este país prohibió las transacciones de BTC. Cada cierto tiempo la nación oriental hace anuncios de prohibición y medidas sancionadoras contra Bitcoin, aunque se puede decir que esta vez tuvo algo de diferente.
Por primera vez, el Concejo del Estado de China (órgano central del Politburó) anunció que iba a imponer medidas en contra de la minería y especulación de Bitcoin. Expertos comentan que estas son señales de alto nivel, significando amenazas genuinas. De hecho, ayer surgieron noticias anunciando que en Mongolia se está comenzando a cerrar mineras de Bitcoin.
De acuerdo al comunicado oficial de China, esto va en línea con el compromiso del gobierno por reducir su huella de carbono de cara a la crisis climática que afecta al planeta. Ya se les habían exigido a sectores de Mongolia y China central donde se ubicaban mineras que cambiaran sus fuentes energéticas o sufrirían consecuencias. A pesar de que las medidas son un poco más estrictas que veces anteriores (se obliga a cerrar pequeños negocios, como cibercafés, si es que están involucrados en actividades de minería), esto no es nada nuevo y las medidas van en línea con anuncios de años anteriores.
Esto no es una “prohibición a Bitcoin” como lo hacen creer los medios de comunicación tradicionales. Es simplemente una aplicación de reglas y regulaciones acordes a las metas que tiene el gobierno para disminuir sus emisiones de carbono—en búsqueda de la llamada “neutralidad de carbono”.
Hay que acordarse, como vimos en la edición #021, de que la minería de Bitcoin es altamente fungible y siempre busca las fuentes de energía más baratas (que coincide con fuentes de energía renovables). Creo que la discusión del consumo energético es válida y falta mucho por avanzar en esta dirección, pero ya estamos viendo una mayor transición a fuentes tal como hidroeléctrica, solar, y eólica.
Esta nueva serie de medidas es positiva para Bitcoin. Significa que China saldrá a cerrar aquellas mineras que no cumplen con sus requerimientos energéticos, obligando a que sus actividades migren a otras naciones—un paso más en la descentralización del protocolo. Además, hemos visto en los últimos días varios acuerdos entre empresas norteamericanas—varias que utilizan mayormente energía renovable—para aumentar sus actividades de minería.
Vale la pena constatar que los mineros no controlan Bitcoin. Ellos simplemente mantienen la seguridad de la red a través de los cálculos de puzles computacionales. Cuando un minero resuelve el problema, sella el bloque y lo propone a los nodos de la red. Son estos los que validan y verifican que el bloque está correcto. Por tanto, son los nodos quienes tienen la palabra final.
En tanto, creo que la razón escondida de esta nueva medida va más en la línea de los avances de China en la implementación de su divisa digital de banco central (e-CNY). Esto fue tema principal de la conversación del Patreon la semana pasada, donde salieron nuevos informes sobre el programa piloto de esta divisa en Shenzhen.
En el gigante asiático existen dos grandes plataformas de pago, que hoy acaparan el 90% del mercado: WePay y Alipay (de las megaempresas Antgroup y Tencent). Ellas operan sin problemas, enlazando con muchas otras plataformas, entregando un servicio rápido y barato.
De acuerdo a un informe de Bloomberg, no existe mucho interés de ciudadanos por cambiarse a esta nueva plataforma estatal. Más encima si viene con las siguientes condiciones: el dinero que te ofrece el Banco Central viene con fecha de expiración—obligándote a consumir y consumir rápido. Además, hay voces de suspicacia con respecto a la vigilancia de datos financieros por parte del órgano central del país.
Los resultados de este piloto en Shenzhen han sido tibios. De acuerdo a Patricia Chen, mujer de 36 años que trabaja en una empresa de telecomunicaciones, cuando se le preguntó sobre el nuevo sistema su respuesta fue: “no estoy para nada entusiasmada”. Por otro lado, para Vera Lin—trabajadora de una empresa financiera—el uso del Yuan Digital fue fácil. Sin embargo, según ella, los incentivos para usar esta nueva modalidad de pagos son bajas: las plataformas ya existentes son fáciles de usar y ampliamente aceptadas.
Si China busca ampliar su influencia financiera en el mundo—a través de su divisa estatal, tiene un desafío importante por delante, siendo que ni siquiera sus ciudadanos están convencidos con el Yuan digital. Y ahí yace una de las verdaderas razones de las nuevas medidas contra Bitcoin: proteger la estabilidad económica del PCCh.
De acuerdo a un inversionista basado en China, Matthew Green, estos anuncios son para recordar “quien está en control” buscando recalcar su legitimidad y autoridad en el país. “La declaración es más que nada un mensaje top-down instruyendo a los reguladores para que revisen estos temas”.
Hay muchos ojos puestos en China, desde un punto de vista político como socioeconómico. En temas financieros, es de los países más avanzados en materias de CBDCs (divisa digital de banco central), y como es uno de los superpoderes económicos del mundo, sus pasos son importantes. Que el e-CNY esté fracasando en su primera prueba es preocupante para sus proponentes y deja en entredicho el mensaje que entregan a autoridades del resto del mundo.
Las divisas digitales de bancos centrales vienen en camino, que no quepa dudas. Hace unas semanas se hizo una traducción de un artículo restringido de The Economist sobre este tema en el Patreon, donde revisamos en profundidad lo que podría significar un mundo sin bancos y con bancos centrales a cargo de todos los sectores del dinero.
Hay que monitorear las acciones de otros gobiernos, cuales medidas están funcionando, cuáles son las dudas de ciudadanos, y el enfoque que se les da a estas tecnologías. Creo que China es un caso extremo—país totalitario, violador de derechos humanos, y con serias inclinaciones imperialistas. Tienen campos de concentración al aire libre (como es el caso de la minoría Uighur en el centro del país), y no tienen problemas en silenciar activistas y disidentes.
Aún así, no nos quedemos de brazos cruzados. Gobiernos alrededor del mundo están poco a poco implementando medidas más orwellianas para sus ciudadanos. Estados Unidos (supuesto pilar de la democracia moderna) se está convirtiendo en un verdadero big brother, como nos informó en el 2014 Edward Snowden. Sin ir más lejos, en Chile hay comunas plagadas de cámaras de vigilancia, y tenemos que pedirle permiso al gobierno para salir de la casa o viajar a otra región.
Salió una noticia el fin de semanas sobre la “carrera de las monedas digitales”. En Chile, el Banco Central reconoció que “analiza con detención los desarrollos” relacionados con la emisión de estas monedas por otras instituciones del mundo. Es cuestión de tiempo para que Chile cree un equipo especializado en el tema y comience con el desarrollo del e-Peso (o e-Chaucha).
Supuestamente estas CBDCs vendrán a complementar depósitos bancarios y el efectivo, pero hay sospechas que así sea. La pandemia ha acelerado la digitalización de nuestro mundo, comenzando con formas de pagos. De a poco comienza la guerra contra el efectivo, y hoy son cada vez menos los lugares que aceptan esta forma de dinero.
Tal como dice la noticia: estas divisas son muy distintas a las criptomonedas. Son centralizadas y reguladas por la autoridad competente del país. Para citar a Andreas M. Antonopoulos son “la moneda del gobierno, por el gobierno, y últimamente para el gobierno y sus amigos”.
Y también para recordar al experto en criptomonedas, estas divisas vendrán sin ninguna de las características RIPCORD, que son la verdadera fuerza de la tecnología Blockchain.
Bitcoin nació como respuesta, justamente, a la irresponsabilidad, corrupción y criminalidad de bancos centrales, banqueros, instituciones financieras, reguladores, y gobiernos. Estos comportamientos antisociales son intrínsicos al sistema, y las élites harán lo posible por mantenerlo en su lugar.
La propaganda en contra de Bitcoin va a aumentar, y tomar muchos ejes. Las autoridades del día—y sus mangas mediáticas—buscarán toda manera de asustarnos y convencernos de que un sistema fuera de su control está destinado a perjudicarnos. Todo esto mientras ocurren conversaciones entre “expertos” a puertas cerradas sobre los nuevos sistemas de dinero; asegurándonos de que sus discusiones y decisiones serán para el beneficio del colectivo.
Quiero dejarlos con algo para pensar: ¿creen que el 1% va a crear sistemas que empoderen al 99%?
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