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Esta semana quiero continuar revisando blockchain, y ver como su uso se ha ido ampliando a otros aspectos de la sociedad, y no solamente lo financiero.
Las blockchain existían desde antes de Bitcoin: la primera fue creada en 1995, con el fin de verificar con un sello de tiempo la autenticidad de un documento digital . Como dice la noticia, dos criptógrafos crearon un sistema para sellar con estos timbres documentos de distintas personas que utilizaban su sistema llamado Surety. Haber y Stornetta—los creadores—luego publicaron un anuncio en el NY Times con estos timbres cronológicos, registrando esos documentos y creando así, la primera blockchain.
Como vimos en la edición pasada, en palabras simples, un blockchain es un documento digital que viene con un timbre de tiempo. Es un orden cronológico de datos que existe de forma digital. Aunque en un comienzo estas tecnologías fueron usadas por criptógrafos y científicos de la computación, la adopción Bitcoin y otras criptomonedas como reserva de valor y medio de intercambio han venido a popularizar esta forma de registro de datos.
La semana pasada vimos los primeros componentes de una blockchain y cómo funciona esta para Bitcoin: hoy, entraremos con mayor profundidad. Revisaremos los usos de la cadena de bloques más allá de lo financiero, y de qué forma esta tecnología está impactando muchos otros sectores de la sociedad.
Existen dos tipos de blockchain: públicos y privados. Bitcoin y varias otras criptomonedas pertenecen al grupo de protocolos públicos, mientras que las divisas digitales de bancos centrales son las privadas. Estas últimas son bases de datos centralizadas, censurables, y que se cuelgan de la palabra de moda, blockchain, para continuar con los mismos sistemas que tienen.
Las blockchain públicas, por otro lado, vienen con ciertas características llamadas RIPCORD. Este es un acrónimo en inglés, pero lo voy a explicar en español. Esto salió mencionado en la entrevista que hice a Andreas M. Antonopoulos para la edición #13 de La Cadena, que vale la pena escucharla si aún no lo han hecho. Como señala Antonopoulos, cualquier organización o persona puede crear una blockchain: sin embargo, si no tiene los siguientes elementos, no vale la pena utilizarla.
El acrónimo RIPCORD significa: Revolucionario, Inmutable, Público, Colaborativo, Abierto (open, en inglés), Resistente a la censura, y Descentralizado. Un blockchain RIPCORD es lo que se caracteriza como una blockchain pública. Revisemos a continuación cada componente:
R = Revolucionario. Las blockchain permiten un libre flujo de información y dinero, sin autoridad central y basada en técnicas de criptografía, colaboración y computación. Es la primera vez en la historia que tenemos un tipo de dinero que crea confianza a partir de su red y no de terceros; tiene el potencial de cambiar el mundo, tal como lo hizo en su momento el internet.
I = Inmutable. Como vimos en la edición pasada, con la creación de cada bloque de información, se vuelve imposible cambiar el registro de una transacción. El precio y tiempo necesario para poder cambiar el libro de cuentas es incalculable ya que para alterar una cadena de bloques con miles de computadores verificando la red, necesitarías muchísimo poder computacional, y aun así, tendrías que hacerlo antes del siguiente bloque (en el caso de Bitcoin, antes de diez minutos). En estricto rigor, estos registros son inmutables.
P = Público. El libro de cuentas es transparente y de conocimiento general. Aunque emplea técnicas de encriptación para mantener anónima la identidad de quienes transan, se sabe exactamente cuánto se transa y la cantidad de dinero que pasó de una persona o institución a otra.
C = Colaborativo. La arquitectura económica, política y social del siglo pasado se basaba en la centralización. Son sistemas opacos y arcaicos, donde quienes tienen recursos y acceso al poder pueden hacer y deshacer los sistemas que utilizamos. Tienen barreras de entrada altísimas, y no permiten la participación del 99%. Las blockchain RIPCORD son formas voluntarias de colaboración para aplicar las reglas del protocolo y usar el sistema.
O = Open o Abierto. Comparado con el sistema financiero tradicional, no conoce fronteras: cualquiera puede participar de la red. No importa tu raza, género, orientación sexual, inclinación política o religión. Las barreras de entrada son bajísimas—solamente se requiere de una conexión a internet. Por lo tanto, y si tienes una conexión a el internet, puedes participar de la red.
R = Resistente. Se resiste a la censura, interferencia, incautación, manipulación o control, lo que lo hace que todos sus participantes y transacciones sean neutras.
D = Descentralizado. Quizás la más fundamental de estas características es que es un protocolo distribuido. No está en manos de una autoridad central, y sus redes no son capaces de censurar una transacción.
Las privadas, en cambio, son simplemente bases de datos centralizadas, en manos de gobiernos y empresas. Como no poseen ninguno de los componentes anteriores se debe tener cautela al utilizarlas. Aunque las divisas digitales de bancos centrales y monedas corporativas aún no se emitan, es importante reconocer sus características y evitarlas cuando llegue el momento. Sus características se resumen en que son la continuación del sistema actual pero de forma digital. Es decir: mutables, censurables, cerradas, centralizadas, exclusivas, y vigilantes. Una verdadera aberración de derechos humanos.
Para entender las criptomonedas, creo que es importante también conocer algunas otras que existen, sus propuestas, y su funcionamiento. Aunque Bitcoin es la más importante en este momento y la primera en popularidad, a su lado se están creando muchos proyectos, algunos con aplicaciones muy distintas, y que valen la pena revisar.
Quienes alguna vez han escuchado de Bitcoin, probablemente hayan oído también hablar de Ethereum. Es la segunda en materia de capitalización de mercado (valorización de la red en términos monetarios fiat), y se ocupa para fines bastante diferentes a los de Bitcoin.
La historia de Ethereum
Ethereum fue creada en 2015 por Vitalik Buterin, un canadiense-ruso que en ese año cumplía tan solo diecinueve años. Él es un programador, políglota (habla alemán, francés, inglés, italiano, polaco, portugués y ruso), y cuenta que su motivación fue darse cuenta del potencial poder de Bitcoin para descentralizar no solamente el mundo financiero sino cualquier interacción entre personas e instituciones. Buterin además consideraba que necesitaba una plataforma de código más flexible (no como Bitcoin, cuya seguridad de red es dada por su código rígido), para poder crear soluciones descentralizadas a los problemas de la vida. Su idea es crear una plataforma mundial donde cualquier desarrollador pudiera crear aplicaciones descentralizadas.
Adjunto este link con una entrevista al creador, para que vean desde sus palabras las intenciones de esta plataforma.
A esta cadena de bloques se le llama “de propósito general”: mientras Bitcoin, por ejemplo, se aplica puntualmente al dinero, y como reserva de valor, Ethereum busca crear un gran computador mundial, en el que operan aplicaciones descentralizadas. Su propósito es la descentralización de todo, a través de los llamados “contratos inteligentes”.
En otras palabras, es un código que se automatiza para aplicar el acuerdo entre las dos partes. Se dice tambien, que son códigos imparables, ya que viven en la blockchain, que es descentralizada y no sujeta a control centralizado.
Estos contratos inteligentes están siendo utilizados para un sinfín de aplicaciones distintas:
Identidad. Las amenazas cibernéticas están a la orden del día. Siendo que nuestra identidad está en manos de un puñado de plataformas y empresas -desde Facebook hasta Google y distintos servicios estatales, nuestros datos están centralizados, convirtiéndose en un blanco fácil para criminales y hackers. Nuestra información personal siempre está amenazada por estos puntos de fallas únicos. Acá hay una gran ventaja de Blockchain: al distribuir y descentralizar los puntos de falla, estaremos más protegidos ante cualquier ataque digital.
Sector energético. En distintos puntos de África se están comenzando a implementar microrredes donde personas con exceso de energía—por ejemplo, solar—pueden vender esa misma energía a otras personas sin tener que pasar por intermediario. Antes, las compañías energéticas dictaban los precios a los que se compraba y vendía la energía, lo que le generaba no solo un costo enorme al consumidor, sino también monopolios y obstáculos al individuo. Blockchain ayuda a eliminar este abuso, descentralizando el almacenamiento de energía y distribuyendo el exceso de acuerdo a las necesidades de los consumidores y no los dictámenes de empresas.
Cadenas de suministro. Las cadenas de suministro—de supermercados, almacenes, instrumentos musicales, piezas de computación y más, enfrentan muchos problemas con respecto a la colaboración entre empresas, precisión en los tiempos, tracking de inventario, y eficiencia de recursos. Hoy, las empresas y el gobierno se basan en registros centralizados de información sobre la entrega y almacenamiento de sus productos. Esto produce problemas de eficiencia y errores de cálculo humanos. La lógica central de blockchain significa que ninguna pieza de inventario puede existir en el mismo lugar dos veces. Esto significa que el blockchain introduce inmediatamente tracking preciso y en tiempo real de bienes y servicios, dándoles una mirada más clara a sus operaciones y ayudándoles a hacer los ajustes necesarios, cuando sea necesario. Esto también se orienta para el siguiente tema, la salud.
Salud. La centralización de nuestra información sanitaria genera muchos problemas, no sólo para los proveedores de salud, sino también para los pacientes. Tiene además, un componente político, al ser un paciente con VIH o que haya abortado, y esa información esté en un servidor de un hospital sin suficiente seguridad cibernética. Tener un historial de nuestras citas médicas, diagnósticos, tratamientos, en una red distribuida de información haría más rápido, fácil y eficiente los tratamientos de salud. Adoptar el uso de blockchain para transar en el sector de salud bajaría los costos para todos los involucrados -desde pacientes, médicos, proveedores hasta el ministerio de salud, haciendo que nuestro historial se pueda manejar de mejor forma. Es una de las industrias más necesitadas de innovación.
Votación. Blockchain podría revolucionar la forma en que hacemos democracia. Teniendo la facilidad para votar desde nuestros teléfonos móviles de manera segura y protegida (utilizando técnicas de criptografía de última generación) podría abrir una nueva era de democracia directa, ya que se podría involucrar a ciudadanos en la toma de decisiones diarias, realizando plebiscitos públicos de manera permanente e inmediata. Vimos el desastre electoral de las últimas elecciones en Estados Unidos, habiendo muchísimas trabas para personas de minorías raciales y étnicas votaran, algo que a través de la blockchain no existiría, ya que los registros de cada individuo estarían protegidos anónimamente, y no se prestarían para abusos políticos. . Aunque viene con una serie de desafíos -tanto técnicos como políticos, la cadena de bloques otorgaría mayor transparencia en nuestros procesos electorales, menos fraude, votación diaria en materias municipales, mayor compromiso de los ciudadanos en la construcción y el manejo de su sociedad. La revolución nos espera.
El último uso que voy a nombrar, que a mi juicio es muy importante, es el registro de activos y títulos de propiedad. En países tercermundistas, esto puede tener un impacto muy poderoso. Porque cuando una transacción queda registrada en una blockchain, esta no puede ser modificada. Y eso marca un punto fundamental. Porque pasar un título de tierra o vivienda a otra persona, de forma permanente y sin estar sujeta a la corrupción de autoridades centrales, transforma la manera en que personas en lugares con institucionalidades dudosas—podemos mirar Chile y el conflicto en la Araucanía para esta aplicación—transan información y valor. Para aquellos que no conozcan el conflicto en la Araucanía, hoy existe una gran disputa por territorios que nuestro pueblo indígena reclama como suyo. El gobierno Chileno--a través de muchos años de políticas de estado colonialistas--ha abusado de estos territorios, y se ha puesto en contra de la legitimidad de los Mapuches por sus tierras. Blockchain podría apoyar en la causa de las minorías étnicas de Chile, para reconocer su legítimo terreno y que no se les pueda robar sus tierras nuevamente.
Las aplicaciones de blockchain, entonces, son muchas y de una gran variedad. Paradójicamente, la aparición y popularización de Ethereum y otras criptomonedas ha hecho que se dé un uso no financiero a estas tecnologías, potencialmente revolucionando la manera en que nos relacionamos entre individuos y con las instituciones que nos rigen. sistemas y con otros.
La necesidad de construir y utilizar sistemas descentralizados es más urgente que nunca. La cadena de bloques viene a cumplir una función fundamental en el reajuste de la toma de decisiones -desde plataformas sociales que utilizamos hasta hospitales que acudimos y supermercados donde compramos nuestros abarrotes. La economía digital del siglo XXI ya no va a ocupar los espacios arcaicos construidos durante otra era; basados en la centralización y la confianza en terceros. Hoy necesitamos protocolos mejores y más para compartir información, colaborar y realizar transacciones. Redes descentralizadas, basadas en reglas inmutables, públicas, y justas.
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