El otro día, mientras realizaba una clase de Bitcoin, me preguntaron cuáles eran las principales críticas que se le hacen a la red, sus usuarios, y el ecosistema que lo rodea. Estas abundan, desde lo más alto de la cadena mediática, hasta tu hermano escéptico que aún no logra entender lo que está ocurriendo.
Daré a continuación una lista de los más comunes que veo, junto con una pequeña respuesta a ellos.
Bitcoin consume demasiada energía.
La crítica que más escucho y al mismo tiempo el tema más malentendido.
Para comenzar, es importante reconocer que consumir energía de por sí no es algo malo. Todo, desde el automóvil que conduces, el cargador de tu teléfono, hasta la manera en que se fabrican los cigarrillos que fumas o el trago que tomas gasta energía en su uso diario y proceso productivo. Al final del día, la justificación de su consumo recae en el valor que le entregamos a dicho bien o servicio.
Uno de los grandes problemas en torno al dinero es la manera en que se distribuyen nuevas unidades monetarias. En la actualidad, a través de una maraña de legalidades, ciertas instituciones financieras—bancos privados y centrales—son los únicos que tienen la potestad legal de crear dinero. Con esto proviene un gran problema, que es caracterizado a través del Efecto Cantillón.
Llamado así por el economista irlandés Richard Cantillon, quien en el siglo 18 teorizó que el flujo de dinero afecta más que solamente los precios. El banquero postuló que el dinero tiene efectos diferenciadores en el tiempo, afectando la producción, el empleo, los precios relativos e incluso tiene impacta la distribución de la riqueza.
Como ejemplo pensemos en una mina de oro. Un monarca descubre una nueva mina dentro de su territorio, y lo quiere utilizar para propósitos monetarios, beneficiando principalmente a la realeza y sus acólitos. Con esta nueva riqueza (que se utiliza como dinero), ellos podrían—y la historia nos indica que ocurre—para tener más sirvientes, comprar más bienes y otros servicios, lo que culmina en un aumento en los precios. Eventualmente el dinero permea en el resto de la sociedad, pero una vez ocurrido, trabajadores y campesinos deben pagar más por sus bienes y servicios, y sienten la distribución desigual de la riqueza asociado a el Efecto Cantillón.
Lo mismo ocurre hoy en día con bancos e instituciones financieras, las únicas facultadas legalmente para crear, emitir y hacer circular moneda.
Volviendo a Bitcoin, la manera en que la red crea y distribuye nuevas unidades monetarias se hace a través de su minería, que utiliza un mecanismo de consenso llamado prueba de trabajo. En sencillo, máquinas especializadas tienen la tarea de recopilar un listado de las transacciones que ocurren en tiempo real y por otro lado, buscan un número. Ese número—parte del algoritmo SHA-256—está programado para ser encontrado cada diez minutos en promedio. El minero que encuentra ese número es premiado con bitcoin por su labor.
Para realizar esta tarea, un minero debe enchufar su máquina a una fuente de energía—cualquiera le sirve—y así puede participar de esta actividad. A través de la aplicación de energía del mundo real, se crean y distribuyen nuevos bitcoin
La crítica tiene una variedad de capas. Como comenté al comienza, mucho depende del valor que uno le entrega a Bitcoin. Si crees útil tener la opción de una moneda inconfiscable, resistente a la censura y con oferta limitada, que permite escapar la opresión monetaria y entrega una herramienta de liberación para miles de millones de personas, el consumo energético es justificado. Si tienes un sistema financiero que te funciona, con una moneda nacional estable y acceso a todos los servicios que entregan, obviamente Bitcoin no te será muy atractivo—en un primer momento.
Por otro lado, consideremos la actividad misma de la minería. Si bien falta mucho trabajo aún, y que siguen existiendo granjas de mineros que utilizan fuentes “sucias”, ya hay indicios de que vamos en la dirección correcta. Alrededor del 59% de los bitcoin recién minados utilizan energía renovable, con una clara tendencia al alza.
Le agregaría dos puntos, uno que hemos visto en profundidad y es el sistema del petrodólar—donde cada dólar en existencia está inherentemente ligado al petróleo, que si mal no recuerdo es la fuente de energía más contaminante del planeta.
2. Bitcoin es demasiado volátil
Hay dos maneras de verlo y no son excluyentes la una de la otra. En estricto rigor, sí, bitcoin es volátil cuando es comparado con el dinero del Estado. Esto es importante tenerlo en cuenta, dado que si estás con poco dinero disponible, te puedes encontrar de pronto ante una caída importante de su precio y con ello una perdida sustancial del valor de tu dinero.
Por otro lado, no existe otra moneda más estable que bitcoin, dentro de su protocolo. Si miramos la política monetaria, el porcentaje de inflación y la manera en que se emiten los bitcoin, estamos viendo la constancia hecha código. 1BTC = 1BTC.
3. Bitcoin es utilizado por criminales y facilita la evasión de impuestos
El dinero es una herramienta, al igual que muchas otras. El cuchillo que tienes en tu cocina puede servir para cortar los ingredientes del risotto más increíble de tu vida o para apuñalar a tu vecino ruidoso, pero de por sí, no es ni bueno ni malo.
Sí, bitcoin se utiliza para realizar actividades criminales, aunque no al mismo nivel que el dólar u otras monedas nacionales. Pero al mismo tiempo, este dinero también se utiliza para muchísimas cosas buenas, y al menos yo conozco a muchos bitcoiners que hacen cosas extraordinarias (y otros que simplemente guardan valor en él) con esta moneda, sin cometer crímenes.
La evasión de impuestos como crítica, es simplemente irrisoria. Bitcoin utiliza un libro contable abiertamente transparente y trazable. Podemos seguir el rastro de cada uno de los satoshis en existencia—a menos que utilices las herramientas a tu disposición—y así crear una línea de tiempo.
Me resulta interesante también pensar que ningún paraíso fiscal acepta Bitcoin, sino todos utilizan los canales ampliamente regulados y vigilados.
A fin de cuentas, este es un invento de los criminales del cartel financiero. Se utiliza para mal, sí, se utiliza para bien, sí, de la misma manera que el automóvil, teléfono móvil, cuchillo y cientas de otras herramientas. No tiene sustancia.
4. Bitcoin no tiene respaldo
Esta siempre me hace reír. La firma del burócrata de turno en los billetes que usamos a diario no debiese entregar legitimidad ni respaldo. Cree en ellos, eso no es un problema, pero que ese sea tu respaldo o valor subyacente termina siendo un cuento de hadas.
A Bitcoin lo respalda la energía que se utilizó para minar bitcoin, la teoría de juegos, incentivos bien alineados, las matemáticas, las leyes de la termodinámica, el hecho que usuarios voluntariamente lo adopten, y más. El respaldo viene por sus características, y no por el decreto de políticos.
Creo que hace bien visitar estas críticas cada cierto tiempo, para ir refinando los argumentos tanto a favor y en contra. No hay nada peor que caer en la narrativa ciega de lo que uno crea, y quizás haya que modificar o cambiar de opinión respecto a alguna. Si bien existen otras críticas, creo que estas son las más repetidas y populares por los nocoiners.
Aún así, aún no me encuentro con quien entiende bien a Bitcoin y no es bitcoiner. Eso me dice algo.
Esta es la edición #092 de La Cadena, un medio independiente dedicado a informarte sobre el mundo de Bitcoin y sus alrededores. Estas palabras son gratis, pero no baratas y toma tiempo investigar y crear este contenido. Considera apoyarme, para que me pueda dedicar a esto.